


Texto incluido en número 157 de Viento Sur sobre «repensar la democracia». Se puede descargar en formato PDF aquí
Texto incluido en número 157 de Viento Sur sobre «repensar la democracia». Se puede descargar en formato PDF aquí
Artículo publicado en eldiario.es
En 2008, un pequeño grupo de personas del sector cultural se manifestó delante del Teatre Kursaal de Manresa (Barcelona) durante la entrega de los Premis Nacionals de la Cultura de Catalunya. El entonces consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, hizo un gesto que dejó boquiabierto a todo el mundo. Acabada la ceremonia, bajó a hablar cara a cara con quienes le increpaban por elegir a dedo al director del Centro de Arte Santa Mónica, espacio ubicado al final de Las Ramblas de Barcelona.
Los manifestantes esgrimían que esos modos de hacer eran una forma de secuestrar el debate sobre la función pública de la cultura en la ciudad. El conseller aguantó estoicamente todas las interpelaciones y contestó una por una a todas las preguntas.
Dejando a un lado esa actitud sorprendente en un político, dispuesto a dar explicaciones de primera mano, lo relevante fue uno de sus argumentos clave. Para justificar su decisión, Tresserras fue directo a la rebaba de las políticas culturales. «Dejadnos hacer política», dijo. O lo que es lo mismo, ¿acaso no es legítimo que el conseller de Cultura haga política con la cultura? Se supone que alguien designado para pensar e implementar políticas de lo considerado “cultural” debería poder hacer justo eso.
Texto publicado en Nativa.cat.
«Escuchad una palabra que para mi y a partir de ahora para todos va a ser muy importante: baloncesto»
Pepu Hernández, el entonces seleccionador del equipo español, dijo esto cuando ganaron el Mundial del 2006. No sonaba ridículo, ni absurdo, ni ingenuo. Más allá de lo simpático que resulte el baloncesto, las selecciones o los mundiales, en esa frase asomaba algo potente. Lo que se decía era simple: «jugamos a esto, parece que lo hacemos bien, tal vez el baloncesto sí que importa». O más simple: «Hola, estamos aquí». Un toque de atención, un aviso, una alerta para aquellos que pensaban que toda esa energía simplemente no existía. Un gesto que se basa en una manera particular de subrayar lo obvio y que por eso se vuelve poderoso. Poderoso porque es una reivindicación tan sencilla y humilde como amenazante y empoderadora.
«Escuchad una palabra que para nosotrxs y a partir de ahora para todxs va a ser muy importante: democracia»
Esto dijo el #15M al transmitir una manera de entender la Democracia que ya no tiene marcha atrás. La Democracia ya no significa simplemente votar cada 4 años, sino autogobierno y control sobre el poder, bienestar y justicia social, derechos sociales e instituciones de garantía. También valores compartidos y prácticas directas de gestión de lo común, procesos de deliberación permanentes en todas las escalas de gobierno e instrumentos para rediseñar normas que se adapten a nuevos procesos sociales. La Democracia vuelve a tomar pleno sentido. Subrayando lo obvio dijimos: «Hola, estamos aquí.» Una reivindicación tan sencilla y humilde como amenazante y empoderadora. Hoy democracia ya no significa votar a un candidato ni es sinónimo de un tedioso espacio de rifirrafes entre partidos políticos que creen monopolizar las competencias técnicas para gobernarnos. Hoy la democracia es un cambio en las reglas de juego. Esa idea de democracia ya forma parte del sentido común, justo eso fue lo que ganamos.
Más democracia, una democracia genuina o una mayor profundización en los valores democráticos, supone entonces practicar algo constituido por diferentes dimensiones. La democracia es tanto una actividad cívica como un nuevo régimen; otra forma de sociedad emergente que inventa un modo de gobierno. Esos cambios en nuestra cultura democrática empiezan a perfilarse ya como un hecho, pero los cambios en las reglas del juego son todo un reto.
Este artículo forma parte de un proceso de investigación más amplio realizado por el grupo de investigación IGOPnet y otros investigadores externos que han colaborado. El objetivo general era hacer una revisión de la literatura existente sobre las relaciones entre jóvenes, Internet y política, así como un desglose detallado de diferentes metodologías y formas de investigación en red. El objetivo particular del presente texto es situar las diferentes formas de política que emergen de la red alejándose de pensar Internet como mero objeto técnico o como dispositivo externo a las realidades sociales que atraviesa.
Finalizado en diciembre del 2013, la compilación de artículos que resultaron constituyen un trabajo preparatorio para una investigación que actualmente estamos diseñando. Esa investigación estará centrada en la incidencia que la red tiene sobre formas tradicionales de organización política así como en el análisis de nuevas formas organizativas que surgen con y desde la red.
Esta investigación ha sido financiada por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud de la FAD a quienes agradecemos su inestimable colaboración y confianza.
También se puede descargar en academia.edu o, sin registro, en el siguiente enlace: https://leyseca.net/PDFs/INTERNET_y_POLITICA_v01_rubenmartinez_igopnet.pdf
Internet y política (versión 1.0). Política para la red, política con la red, política desde la red by Rubén Martínez